sábado, 24 de enero de 2009

AYER FUE UN DÍA MUERTO, TRABAJÉ PERO…

Ayer fue un día muerto, trabajé pero no pude tomar ninguna determinación, dejé todo para el lunes, tampoco pude escribir mucho, la relación con tres o cuatro blogs, muy interesantes, a veces me da energía y a veces me ponen fuera de carrera. El señor Menassa, pintando en casa. Me resulta encantador pero tiene una manera de decir las cosas, a veces parece que entendiera lo que a una le pasa, además esa insistencia suya de dejarse llevar, dejarse llevar, no termino de incorporar ese concepto. Bueno en realidad con los otros blogs amigos todo es diversión, no digo que no me divierta con el menassa, ya que el hombre es muy irónico, sarcástico, pero es que este hombre a veces me hace pensar. Me dormí sintiendo que algún día yo le haría pensar a él.
El joven de 33 años muy parecido a Jesucristo y yo, estábamos sentados en el desierto, a tres metros de distancia, sentados al estilo oriental sobre nuestras piernas cruzadas. No estábamos tranquilos, estábamos serios, preocupados. Yo fui la que rompió ese silencio estremecedor.
- No te quiero besar porque tú quieres morir mañana.
-Yo no quiero morir mañana, eso de que me tengo que morir es cosa de mi padre.
Comencé a correr y gritar por el desierto como una loca de amor y el joven volando como un pajarito se posó en mis hombros y con voz acariciadora, celestial me dijo:
- No te pongas así, yo te quiero,
Dejé de llorar, respiré profundamente y se lo dije:
- Pues si me quieres, si me quieres de verdad, puedes olvidarte de tu padre y de morir mañana.
Esta vez fueron mis propias palabras las que al producirme angustia me despertaron.

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