domingo, 18 de abril de 2010

Querida:


Perfume violento de ópalo, nevado sal.
Verde mica astillada entre mis labios.

Madre y piel.

Ombligo, sangrante manantial,
punto sagrado del recuerdo.

Fui tu cuerpo creciendo,
al ritmo de tus sangrantes líquidos.

Perfumadas linfas para mi sed primera.
Sed de mares olímpicos.
Sed.

viernes, 26 de marzo de 2010

Querida:


Soldado de la noche. Vigilo
mi propio pensamiento.

Guardián en celo de mi vida,
amo mi cuerpo en soledad
y sueño por las noches,
ser el gran hombre
que se salva a sí mismo.

Ato mis ojos al recuerdo:
camino de la mano de mi madre,
lentos precipicios,
hago el amor con mi mujer,
a solas,
hurdo para mí mismo la trampa mortal.

Me detengo, empecinadamente, en el pasado
donde no tuve pan, ni paz,
ni milagro que me salvara del horror.
De niño lo vi todo.

Pedazos de piel,
trozos desparejos de perfumes,
flecos de! amor ,
ambicionado reposo que no llega.
Entre tus brazos,
entre tus gritos de yegua mal herida,
tajo de viento,
olor y rocío de la mañana.
Ojos de mula estancada en silencios.
Blasfemia y luz,
orquesta de la noche,
muda,
parábola del hombre.

Miguel Oscar Menassa
De "Poemas y cartas a mi amante loca joven poeta psicoanalista", 1987

domingo, 21 de marzo de 2010

Querida:



Mujer, vendimia azucarada,
centro en el amor por ti,
la residencia de mi canto.

Bajo los cielos, en silencio,
entre crepúsculos, mi cuerpo,
paloma salvaje
cruzando el espacio de tu voz.

Quiero verme, me decías,
salvajemente
atravesada por tu canto.

Y desde entonces no dejo de gozar,
primitivo, imposible,
salvaje entre tus piernas.

Miguel Oscar Menassa

jueves, 18 de marzo de 2010

Querida:

He viajado. He viajado,
hombre de piel como palabras,
he viajado por lo que queda del alma
y no estoy de acuerdo.

Tristeza agrandada por sus contradicciones,
soy el dolor del siglo que no duele.
Más que la atroz materia que destruye,
un simple giro del lenguaje.

A la palabra amor ,
le puse cascabeles como a la lepra antaño.
A la palabra madre,
le puse un cataclismo entre las piernas
y una belleza masculina en la mirada.
Ojos de miel combiné con mi patria
y me dejé llevar por la marea.

Llené el mar de palabras antiguas
y hundí el mar.

De la mujer hice una frase.

Detuve su infatigable locura,
toda locura entre mis letras.

Al tembloroso, avergonzado sexo,
le agregamos torrentes, cataratas.

Ella existe,
ha nacido en mis versos.
Poesía de fuego,
donde el dragón es ella y la palabra.

Te escribo, ¿ ves? , te escribo,
como antaño el hombre se escribía.
Hago que tus gemidos,
yegua loca pariendo la mañana,
abandonen tu cuerpo.


Miguel Oscar Menassa

martes, 23 de febrero de 2010

QUERIDA:

Me tocó la nieve en las espaldas,

una palmada alegre cariñosa,

me sentí acariciado por mi madre,

fui feliz.

La nieve me tocó el corazón.

Anochece y del día,

sólo me queda el recuerdo de la bruma.

Así de frágil fue todo esta mañana:

nieve y carmín.

Deletreamos con cuidado cada uno su nombre:

Yo soy la Blanca Nieve de tus sueños.

La pétrea belleza del cristal,

marina alondra de los valles,

amiga de la tristeza de la muerte.

Yo tuve ganas de decirle:

Soy el poeta, el grande,

el creador de la palabra Mujer

y no le dije nada.

miércoles, 17 de febrero de 2010

QUERIDO:

Pleno de confusión me arrastro sin saber,
¿dónde el amor se pliega sobre mí?
¿dónde la poesía abre sus alas?

Recorro viejos vestigios, ilusiones,
letras del océano, profundidades,
entre cataclismos,
abro fuego contra mis propios ojos.

No quiero ver mujer de la locura,
girando en el espacio, tu soledad.
Recuerdo tu cintura, mimbre estremecido,
cuerpo salmón, dorado pez,
profundo alarido de clemencia

Cuerpo de mujer,
Cuerpo de mujer.
Ceniza.
Vuelo.

miércoles, 10 de febrero de 2010

QUERIDA:

Recuerdo lucha feroz, deseos,
entre mi piel y tu conciencia.

Siempre triunfaba el tiempo.

Tu aliento enfurecido,
era el rocío de la tarde.

Escupías sobre mí,
palabras como ángeles,
besos,
granadas de locura.

Con serena voz te recitaba,
los versos donde un hombre,
era una seca lágrima perdida.

Tu fuego era el fuego,
-maderos de la cruz-
ardía todo el tiempo.

domingo, 7 de febrero de 2010

FUI LO QUE SE DICE UN BUEN FENICIO, EN TODO

Fui lo que se dice un buen fenicio, en todo.
No era navegar por navegar, mi oficio,
mi oficio era tenderme entre los puertos.

Rosa perdida de perfumes rotos,
color de soledad, dejaba en cada puerto,
un infinito brote de locura.

No estoy perdido de amores sino de tedio:
ya nadie corre por los peldaños de mi mente como tú,
ya nadie abre su fuente con alegría y deseo para mí.
Yo ya no veo tus ojos en lo profundo de mis manos.

Navegar por navegar no es mi oficio,
arrancar trozos de la nada y unirlos en conjuro,
ese es mi oficio silencioso y tenaz, como de versos,
mi oficio no se puede aprender, no sabe, es ciego.

Miguel Oscar Menassa
De "Poemas y cartas a mi amante loca joven poeta psicoanalista"

viernes, 5 de febrero de 2010

CUANDO ENVEJEZCA de Miguel Oscar Menassa

Cuando envejezca
cuando mi piel se caiga,
porque soy incapaz de sostenerla,
entonces, mi palabra. levantará la voz.
Agonizando, el canto,
se hace más fuerte que viviendo.

domingo, 31 de enero de 2010

De Miguel Oscar Menassa

Escribo porque escribo,
ya lo dije hace años.
No escribo por amores
y tampoco amo la belleza.

Escribo porque escribo,
como la lluvia cuando llueve
o el viento cuando gime,

con naturalidad,
como si lo que en mí pasara,
pasara desde siglos.

miércoles, 20 de enero de 2010

Monólogo entre la vaca y el moribundo -VI-

No me puedo poner alegre porque me envidian y no me puedo poner triste porque me abandonan. Estoy según las matemáticas en una situación de borde.

Cuando, en realidad, muchos son los motivos de mi tristeza y, sin embargo, quiero mantener mi negocio en pie y para eso es necesario que no me alegre demasiado y, por otro lado, la tristeza queda bien para mis clientes.

El madroño del balcón principal ya ha alcanzado el nivel de la ventana. España crece en mi corazón hasta alcanzarme.

Las flores comunitarias se muestran sin vergüenza.

Tengo que quedarme tranquilo, las cosas se irán haciendo a medida que las pueda pensar de manera concreta, material.

Yo tengo que descansar, la realidad me tiene que tomar siempre descansado.

Para engañarlos definitivamente dentro de diez años a todos, ahora tengo que poder durante cinco no engañar a ninguno. Todo el mundo tendrá en principio su verdad, después aprenderá a mentir: sabiendo que va a morir, vivir como si eso no fuera a ocurrir nunca y esa es la única gracia de la vida.

Vivirla como si fuera para siempre.

Sin grandes órdenes no se pueden construir grandes puentes. Y yo quiero llegar hasta los espacios infinitos. Así que antes de comenzar el puente algo tendré que ordenar.

El desorden es tan contrarrevolucionario como el alcohol y a mí no me pasará lo que le pasó a D.C. que no pudo con sus propias palabras. Yo soy un grupo y en un grupo a nadie se le puede ocurrir querer poder con sus palabras.

Lo que ya hice es increíble, maravilloso.

Una vida nueva que comience de esta manera es una gran vida. Estoy contento, muy contento.

Ahora podré como Balzac contar lo que me hicieron para que yo también fuera uno de ellos.

Las once de la mañana y el del gas todavía no ha venido, la gente trabaja así, no sé por qué yo, a veces, me preocupo tanto.

Yo tengo que escribir, hablar con la gente, con toda la gente y cobrar a fin de mes mi salario y eso será mi vida por ahora. Como mínimo hasta el 2001. Después de haber atravesado esa barrera, me detendré nuevamente a pensar en próximas décadas.

Los nuevos horarios tienen que respetar al cliente pero, también, tienen que respetarme a mí.

Cada lugar tendrá su flor, a su tiempo.

Mis clientes actuales son el cierre de la fundación, tendrán siempre la manía de ser los mejores, por lo menos los primeros, tengo que tratarlos teniendo en cuenta, precisamente, eso.

Cada uno tendrá que ser jefe de algo, en algo tendrá que tener maestría. Esa es la educación que se merecen y para eso algún deseo tendrán que demostrar tener.

Por otra parte pienso que 30 psicoanalistas sindicados de esa manera son invencibles, pase lo que pase en el mundo.

Estar en mi sitio hará más fácil la pequeña renuncia antes del triunfo de las ideas más puras, esas que tan cerca de la poesía viven que, a veces, cuesta algún trabajo diferenciarlas.

Si me quedara tranquilo sin tensiones, aquí escribiendo, pensando que cada cual está haciendo lo que corresponde, eso puede hacerme un bien incalculable. Si entiendo quién me toca ser, esta vez, también haré alguna pequeña fortuna. Trabajar hasta los 75 y luego un año de descanso. Mi pequeño hijo Manuel, tendría 35 años, bueno, ahí me tomo mi primer año de vida sin trabajar y según los resultados preparo los próximos 25 años y en el 2.040 publico, por fin, una buena antología de mis versos.

Lo siento, lo siento, el deseo está presente.

De algo me estoy dando cuenta, eso es evidente.

Los amores se tendrán en otro tiempo, siempre imposible.

Cada uno y todos y yo mismo deben ser engañados.

Me gustaría esta vez, intentar un cierto orden, dar cabida a cierta preocupación por el orden en el dinero y en los escritos. El resto se irá haciendo casi solo.

Estoy entre rejas y yo mismo me he puesto.

Me condeno a vivir y trabajar encerrado en la casa del poeta desde el 1 de julio de 19991 hasta el 31 de julio de 1996 y luego, revisaremos la condena. El solo afán de salir libre puede acarrear otra condena de cinco años más. El buen cumplimiento de la condena no acorta la pena, a lo más no la prolonga.

En cinco años, tendría que aprender a vivir encerrado en una idea y luego vendrán mis grandes obras.

Después vendrán momentos decisivos para mi escritura. No espero, ni deseo ningún gran viaje a menos que tenga que ir personalmente a cobrar el Premio Nobel.