martes, 27 de enero de 2009

APARECEMOS EN LA TERRAZA DE UN CUARTO PISO…

Aparecemos en la terraza de un cuarto piso, sentados, mirando para la calle. Cada vez que queríamos mirarnos debíamos hacer un movimiento lateral con nuestros cuerpos.
Me levanto y abrí la nevera, está vacía, nada, ni una botella de agua.
En el sueño era mediodía, así que decidí ir de compras. Y ahí comenzaron a pasar cosas raras.
-Jesús, ¿tienes algo de dinero?
-¿Cómo?
-Sí, Jesús, dinero para comprar algo de comida, agua.
-Sí, deberíamos comer algo, pero yo nunca tuve contacto con el dinero.
Me sentí desilusionada pero no dije nada. Me acerqué cariñosamente y le dije:
-¿Me acompañas?
-¿Dónde?
-Vamos juntos a hacer las compras.
Y, Jesucristo, saben lo que me dijo:
-No estarás loca ¿no?
Yo le contesté rápidamente:
-Más loca será tu madre.
- Quien sabe, puedes tener razón, pero yo soy Jesucristo. Una cosa es morir en la cruz haciéndole un favor a mi papá y otra cosa es ir los próximos 30 años al supermercado a hacer juntos las compras. Que no, nena, conmigo te equivocaste.
Y ahí casi me ahogo de la angustia, que me despierta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario