Tomillo y malvaloca invadieron mi noche con lujuriosos cantos de amor y de alegría.
Fue un sueño original que nunca había soñado y que al contarlo, espero que dure 15 años.
En el sueño yo estaba acompañada de hombres esbeltísimos y mujeres soñadas, mi madre, la condesa del ocio, la marquesa del ajo, la dueña del amor y la que siempre conseguía del verdulero un ramito pequeño de perejil, claro está de regalo.
En el sueño íbamos lentamente por la vida, los caballeros hablaban permanentemente de mi inteligencia, las mujeres de mi belleza inigualable. Parecía que el sueño se terminaba y, de golpe, se acercó a mí un hombre joven, de 33 años, muy parecido a Jesucristo, me miró a los ojos tiernamente y me dijo: “tú fuiste para mí la puta más santa”. En esa frase fue cuando me desperté, pero me di cuenta que el sueño no había todavía concluido.
Esta noche, después del trabajo y mis notas para la Comunidad, intentaré soñarlo nuevamente. Eso de la comunidad del diario el pais, no se si será posible porque hoy a la mañana queriendo colgar este sueño me encontré con que no se puede entrar a mi página. Censura, descuido informático, demasadas ambiciones para tan poco dinero, no lo sé y tampoco puedo ocuparme mucho con todo el trabajo que tengo, y mis deseos de escribir, no tengo tiempo de andar ocupándome de la falta de democracia en algunas administraciones generalmente privadas de gran poder económico.
Fue un sueño original que nunca había soñado y que al contarlo, espero que dure 15 años.
En el sueño yo estaba acompañada de hombres esbeltísimos y mujeres soñadas, mi madre, la condesa del ocio, la marquesa del ajo, la dueña del amor y la que siempre conseguía del verdulero un ramito pequeño de perejil, claro está de regalo.
En el sueño íbamos lentamente por la vida, los caballeros hablaban permanentemente de mi inteligencia, las mujeres de mi belleza inigualable. Parecía que el sueño se terminaba y, de golpe, se acercó a mí un hombre joven, de 33 años, muy parecido a Jesucristo, me miró a los ojos tiernamente y me dijo: “tú fuiste para mí la puta más santa”. En esa frase fue cuando me desperté, pero me di cuenta que el sueño no había todavía concluido.
Esta noche, después del trabajo y mis notas para la Comunidad, intentaré soñarlo nuevamente. Eso de la comunidad del diario el pais, no se si será posible porque hoy a la mañana queriendo colgar este sueño me encontré con que no se puede entrar a mi página. Censura, descuido informático, demasadas ambiciones para tan poco dinero, no lo sé y tampoco puedo ocuparme mucho con todo el trabajo que tengo, y mis deseos de escribir, no tengo tiempo de andar ocupándome de la falta de democracia en algunas administraciones generalmente privadas de gran poder económico.
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