lunes, 13 de abril de 2009

SEGUIMOS CAMINANDO CON JESUS PERO YO ESTABA MUY ALTERADA

Seguimos caminando, con Jesús, pero yo estaba muy alterada. El me había hecho volar pero yo había volado, la idea que más me presionaba que casi no podía caminar era si yo ahora tenía el poder de volar o había sido sólo un instante de locura o sin él a mi lado yo el único poder que tenía era el de escribir y los atributos que me concedían mis estudios y mi trabajo.
Caminaba muy despacito y luego aceleraba el paso con una sola idea, la idea que tenía de los aviones, que corrían, corrían y luego se elevaban, pero nada, casi al borde del enojo lo increpé a Jesús.
¿He volado, o no he volado? Y el tranquilamente me contestó,
-Has volado.
Fue entonces cuando elevé mis brazos hacia el cielo y pegando un gran salto hacia arriba intenté volar,. Caí pesadamente al suelo y Jesús esta vez no hizo nada para detener mi golpe contra las baldosas de la calle, caí de rodillas y aprovechando mi posición y que Jesús se elevaba a mi lado me abracé a sus piernas y llorando como una magdalena, llorando le pedí. le rogué.¡:
-Quiero volar, quiero volar como tú, por favor hazme volar. Y Jesús con mucha parsimonia me dijo
_ Primero te curaré las rodillas que las tienes todas lastimadas. Se arrodilló también él a mi lado y con una suavidad extrema pasó sus manos por mis dos piernas lastimadas. A medida que desaparecía la sangre y el dolor y mis piernas retomaban su color habitual yo me ponía muy, muy cachonda e intentaba besarlo y él me dijo tranquilamente :
-Ahora vamos a volar

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