domingo, 3 de mayo de 2009

La reacción de Jesús consistió en mover sus manos hacia arriba.

La reacción de Jesús consistió en mover sus manos hacia arriba.
La reacción de Jesús consistió en mover sus manos hacia arriba y apareció a mi lado los dos en la ramita. Lo primero que se me ocurrió decirle fue:
-Jesús, por favor, que nos vamos a caer.
Le di pie para me intentara educarme y me dijo:
-Mira, que eres asustadiza, no sé si soportarías volar.
Mientras tanto, las cámaras de T.V. y los periodistas con micrófonos querían enterarse de lo que estábamos hablando ahí, los dos juntos, sin tocarnos, pero muy juntos, en una ramita muy pequeña que podía romperse en cualquier momento.
Le dije a Jesús:
-Haz algo, por favor.
Y él me respondió cruzándose de piernas como si estuviera sentado en un sillón –me dijo:
-Algo ¡de qué tipo? Algo ¿en qué sentido?
Y se quedó mirándome, creo que con altanería.
Bajando mi cabeza para culpabilizarlo, le dije:
-Que me trates como una ignorante me humilla. Además, si supiera de qué tipo, o qué, no te lo andaría preguntando y perdiendo tiempo, justo, en esta situación de peligro.
Jesús me tendió una mano y comenzamos a volar. Pero no volamos al confín del universo o al abismo supremo, no. Jesús, se entretenía en volar alrededor de la gente, la policía, los bomberos y 30 ó 40 periodistas.
-Jesús, deja de jugar y llévame a casa.
-Por favor, Bella, sonríe a la muchedumbre y saluda que están por aclamarte.
Sonreí y saludé y ahí la muchedumbre enloqueció.
-Milagro, milagro, milagro. Gritaban, como bestias despojadas de pudor.
Yo me sentía muy fuerte volando de la mano de Jesús alrededor de la chusma, y como no se tranquilizaban tuve una idea. Jesús, les hizo callar y yo les dije:
-No es ningún milagro, señores, estamos enamorados, eso es todo.
En menos de dos minutos habían desaparecido todos… Jesús me bajó lentamente y nos sentamos en un banco del Retiro a conversar.

1 comentario:

  1. Gracias, Bella, por haber vuelto.¡Cómo te echaba de menos!Ese fino humor tuyo le hace falta a la cotidiana vida. Si aprendiste a volar se hace posible volar...¡y después conversar!

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